lunes, 26 de febrero de 2007

Vous portez la parole

En una de estas eternas tardes de lluvia y viento, he aprovechado para ver la televisión (mi compañero de piso la ha dejado libre por fin porque se ha ido a su casa, se tira todo el día jugando a la Play Station) y poco he tardado en darme cuenta de las grandes diferencias que tiene con la televisión española. La primera de todas, es que fuera de lo que puedo llegar a entender de lo que se habla, que por ahora es poco, parece sin duda una televisión que no ha perdido la inocencia todavía. Este pensamiento viene al caso de que, el año pasado, (que cuanto coñazo nos dieron) debido al 50 aniversario de la televisión pública (si, esa cuya deuda supera ampliamente al presupuesto para investigación espacial en España) nos bombardearon de revivals y homenajes a programas que vimos de pequeños o que vieron nuestros padres. En estos programas se podía ver (quitando vestimentas cutres que vuelven a ponerse de moda y peinados excesivamente voluminosos) una televisión moralista, hecha para enseñar y aprender, positiva, bonita, alegre, completamente escasa de picardía y a veces excesivamente ñoña, es decir, no se había dado cuenta por unas circunstancias o por otras que crecería para convertirse (y no es esto una crítica a la televisión en la actualidad) en una televisión mucho más amarilla y sensacionalista como es claro ejemplo la televisión inglesa. Digo esto por estar todo el día centrada en noticias que no tienen, por decirlo de una manera, ninguna importancia para una persona que tiene cierta preocupación por el MundoRealTM y por no tener, en muchos casos, intención de ser ni políticamente correcta, ni educada y en algunos casos, decente. No por ello quiero entrar en ningún debate si es mejor una televisión moralista y ñoña o una televisión que entretenga a cualquier precio, solo hago una comparación.

Es por ello lo de la inocencia, con peinados actuales y vestimentas coherentes veo aquí en Francia una televisión que tiene reflejos de aquella televisión de nuestros padres, programas como “Q’est-ce que tu dites?” o “Vous portez la parole” pueden llevar a un político de primer nivel (Sarkozy o Ségolène Royal) y dedicar el programa entero a que el público les haga preguntas, ¿Os imagináis eso ahora, en España? ¿Quién lo presentaría, Carlos Lozano? ¿El de donde estás corazón? (es que no se como se llama) ¿Y qué le preguntarían? ¿Van a detener a la Pantoja? ¿Le van a conceder el tercer grado a El Cachuli? (es que tampoco me acuerdo como se llama)

Por otro lado, al ver programas como “La télévision de les enfants” me viene a la mente el suceso contrario, y veo el tema más por una razón social. En este programa dedicado a niños me sorprendió ver (y el que me conoce sabe que no soy racista, más bien todo lo contrario) a un presentador negro, negro completamente, con dientes blanquecinos brillantes, a lo Makelele. Y era presentador no como hacemos en España en plan “vamos a poner a alguien de un grupo social marginado, para que vean lo tolerantes y guais que somos” (vamos, en plan PSOE), sino que estaba ahí con todas las de la ley, de una forma completamente normal y natural. En ese momento se da uno cuenta de que los que no hemos perdido la inocencia aún somos nosotros, más bien diría que no hemos alcanzado la madurez o el sentido común. No nos hemos dado cuenta de que tendremos que compartir de una forma natural nuestro sitio con gente venida del extranjero, con otras razas, cuyos hijos hablarán perfectamente el castellano y comerán tortilla española. Me alegra ver que pese a los problemas que tienen aquí con la inmigración (que no son ni la décima parte de los que tenemos nosotros, por mucho que se quejen algunos) se pueda ver en la televisión algo así. Supongo que cuando los hijos y nietos de los que ahora rechazamos formen parte en pleno derecho de todas las actividades de nuestra sociedad pase lo mismo en España, deseo que sea así aunque es cuestion de tiempo.

Toda esta programación impregnada de programas en los que la gente parece gente normal y en los que he llegado a ver a personas cantar alrededor de un piano (como en Cine de Barrio pero sin dar pena) me hace preguntarme si es la televisión la que hace a la sociedad o es la sociedad a la que hace la televisión.

El huevo o la gallina, eterna pregunta.

5 comentarios:

Prol dijo...

Bueno, bueno, así que criticando el medio que me da de comer, eh! Ya te has puesto reaccionario y dentro de poco te veremos quemando coches y volcando camiones de fresas... si es que estos gabachos...
Na, que tienes toa la razón y, como digo en mi blog, tenemos la peor tv pública de Europa y la que más vergüenza da de todo el mundo. En cuanto a contenidos pues yo soy de la opinión de que es la sociedad la que hace la tv porque en cuanto la gente no ve algo... desaparece de las pantallas. Quizás deberíamos ser más exigentes con lo que vemos y a lo mejor así cambiaría algo... o no.

Espero que estas opiniones que tienes no signifiquen que te has hecho Testigo de Jehová (tú sabes xq lo digo)

Abrazossss

--pab7oAB-- dijo...

Jajaj, esperaba tu respuesta con impaciencia, no quiero hacer critica a la television d verdad, lo q pasa es q es tan facil meterse con ella... llevas toda la razon con lo que deberiamos ser mas exigentes.

Si tu dices q es la sociedad la q hace la television aqui se respeta la opinion del experto, me añado.

Lo de testigo de Jehova, jum, poligamia, vida placentera infinita mas alla de la muerte, suena apetecible...

Anónimo dijo...

Pues yo solo digo que acabo de llegar de la feria de abril de madrid... Y estoy borracho, y que os quiero mucho!!!! UEUEUEUEUEUEUEUEEUEUEE. Un abrazo!!!!

Anónimo dijo...

Mi único recuerdo de la televisión francesa es la porno del viaje de estudios, los informativos y documentales de la TV5 que vi en la escuela de idiomas y los dibujos por la mañana del viaje divertacular con pablo...y creo que con sólo esa base no puedo ni defenderla ni atacarla. Tenía que escribir; he leido poligamia y se me ha encendido el chip reaccionario...

Anónimo dijo...

aaaaahhhh y me gusta mucho la foto de los molinos