viernes, 27 de abril de 2007

Stockholm, kapital


Es increíble la cantidad de mitos y leyendas que has acumulado desde niño que pueden caer en un abrir y cerrar de ojos, solo hay que poner un pie en el lugar de los hechos, es poco mas simple que sentarse y mirar.

Era la primera vez que pisaba yo más al norte del continente de Europa, nunca había pasado mas allá del estrecho de Oresund, que divide Dinamarca y Suecia (esto lo he mirado en el Google, a ver si os vais a pensar cosas que no son).

Lo primero que se da uno cuenta cuando llega a Estocolmo es lo inevitable a la vista, mar por todos lados, esta región de costas angostas y sinuosas tiene la capacidad de sorprenderte con un trozo de mar en cualquier parte, no un mar claro y abierto con un horizonte infinito como estamos acostumbrados sino un trozo de agua que aparentemente podría ser un río pero que por su olor a pescado y a gaviotas (mas bien a los regalos de las gaviotas) deja claro que estas frente al mar del norte, y ojo con meterte porque puedes salir morado del frío.

Se podrían enumerar la cantidad de ideas preconcebidas que tiene uno de los países escandinavos y daría ya solo para un post: gente paseándose con gorros con cuernos cargados con hachas, mujeres mofletudas con rubias trenzas y ojos azules, tabernas angostas… (bueno, creo que me estoy yendo al siglo XV), tiendas de Sony Ericsson por todas partes, Ikeas, salmones, pornografía y sobre todo esa fama de ser el país con el mayor bienestar social y con mayores índices de felicidad del mundo, todo sin olvidar que, cuanto mas al norte, todo es más limpio, más europeo y mas guai, según muchos.

Estocolmo es, sin duda, una ciudad norteña (podrían darme un premio por esta afirmación), se nota en muchas cosas, sobre todo, en el color que impregnan las calles, de un tono mucho mas oscuro que las ciudades del sur, no por su climatología (sol radiante alternado con lluvia poco densa y 6 grados de media en el tiempo que estuvimos allí) sino por el aspecto de las fachadas de sus edificios, calzadas y mobiliario urbano. Cuidad industrial donde se precie, está compuesta por 14 islas, por lo que toda la ciudad en si es costera por tener mas kilómetros de frontera con el mar que cualquier ciudad con una costa linear (cosa que pasa con todo el país en general). Se puede ver en ella mucho más ruido y tumulto del que me esperaba, ser capital la hace mas bulliciosa por aglomeración de gente y actividad, sobre todo en las partes subterráneas de la ciudad, donde existe mucha vida (haciendo ese frío a finales de abril, no creo que salgan mucho a la superficie en enero). Aún así no me esperaba encontrar a unas veinte personas esperando el metro y la taquilla abierta a la una de la mañana (creía yo por mis experiencias en Inglaterra que mas allá de los pirineos no existía tal cosa, veo que me equivocaba).

Esta ciudad tiene el “honor” de compartir con Hamburgo, Ámsterdam, Brujas, Lübeck y San Petersburgo de que alguien la halla llamado la alguna vez Venecia del Norte y como no he visitado Venecia no haré ninguna apreciación al respecto, eso si, no me imagino góndolas paseándose por allí.

Caminando por las calles de esta ciudad, uno se da cuenta la pasión que tiene este país por su familia real, tendencia sadomasoquista popular que no llega a ser tan grande como en Inglaterra (donde realmente da lastima, vista la historia reciente que esa dinastía nos esta regalando). Se pueden ver postales por todos lados, tacitas y souvenirs varios de Carlos Gustavo, rey de Suecia y su honorable familia además del palacio real en todo el centro de la ciudad, jolie, como dirían aquí en Francia.

Pero sin duda, ir hasta tan lejos y pasar allí unos días ayuda a hacerse una pequeña imagen mental de la zona, no son tan rubios ni tan altos (morenas de bote incluidas, jamás pensé que viviría para verlo), los paisajes no son tan verdes, no son tan europeos (guais, perfectos y felices), no son tan limpios, ni tan educados, ni tan cerrados.

Es difícil profundizar en este país de frío, bicicletas y mar en 3 días, pero basta ver una foto de gente tomando el sol y bañándose en el puerto de esta ciudad para darse cuenta que no nos parecemos ni en el blanco de los ojos.

Nota: en clara alusión al comentario de Tárraga (próximo Erasmus en este país), el tema colowinis y cervezuelas está realmente bien, y la noche sueca también pinta muy bien aunque no la estudiáramos a fondo, eso sí, ya puedes ir apartando unos ahorrillos para surtir este tema.

Triste que en el país que inventó el Absolut Vodka la botella cueste unas 180 coronas (estos suecos inadaptados, al igual que Inglaterra y Dinamarca, mantienen su moneda), es decir, unos 20 euros.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Q hijos de fruta no? 20 mauros, ñaas. La comida y la cerveza estara un poco mas barata por que si no a base de agua de mar y de excrementos de gaviota voy a tener q vivir. Bueno pableras muy interesante esto, espero poder revatirtelo en un futuro no muy lejano, una cosa te digo yo, cansinos de papeleos son. Ale a seguir bien por la fgansia y demas paises.

Anónimo dijo...

Que pasa Pableras!! Acabo de descubrir tu blog, y estoy ojeando los ultimos posts, muy wapo todo, jeje... espero vernos pronto. Ese viajecito a estocolmo lo repetiremos el año q viene cn el tarraga!!
PD: acabo de llegar de una semanita en Londres con el Agus y nustro compañero de piso, me ha encantadola ciudad, ya hablamos!!
DEEWWWW

Rous dijo...

que son los colowinis?? cuando va tárraga!!! yo espero estar por allí en un par de años también!:D me estás dando más ganas!! jejejej está bien k t guste, pk tndrás k volver;)

pd. hay k ver, no se cto hace k no miro esto, xo no mucho, y la de post k tngo sin leer!:S
.........pero me encanta:D

Anónimo dijo...

Hola Pablo!, He descubierto que tienes un blog y no entendia nada cuando empecé a leer sobre suecia.jaja vida Erasmus....Por lo que he visto así rápido parece que te lo estás pasando en grande, bueno pues un saludo y sigo leyendo que el año que viene voy yo a Estocolmo y no he encontrao tan detallada información en ninguna guia.
Sigue así!! Y que te vaya todo muy bien.
un abrazo