Hacer grafittis en Francia ha alcanzado el siguiente nivel. No se conforman estos artistas urbanos con pintar en las paredes y ya está, han decidido (y he visto ya muchos casos) abrir las marquesinas publicitarias, darle la vuelta a los anuncios y ahí expresar sus sentimientos.
Cualquiera puede pensar que es una estrategia publicitaria de lo más sugerente, pero no, el mensaje no es precisamente a favor del consumismo:
" J’enmerde la pub, les riches, les états, leurs chiens (la police), les valeurs, la morale, les critiques de gens que votent les armées, et je te dis que la suite si on n’enferme pas avant, (il vas falloir beaucoups de pub!) un autre désastre est possible. "
" Me cago en la publicidad, en los ricos, los estados, sus perros (la policía), los valores, la moral, las críticas de la gente que vota los ejércitos, y yo te digo que si después de no enfermar (van a hacer falta montones de publicidad) es posible otro desastre. "
Perdón si la traducción no es demasiado precisa (ya me corregirán los lectores puestos en el francés). Y que alguien me explique que desastre es del que habla este hombre.
Bueno, después de lo de anteayer en la Gare du Nord de Paris (se estuvieron dando la policía y unos ‘cuantos’ jovenes durante 16 horas seguidas) lo que va a pasar es que va a arder Troya, pero sigo sin ver lo del desastre.
viernes, 30 de marzo de 2007
miércoles, 28 de marzo de 2007
Problemas con la combustión espontánea
Debido a que durante mi arduo trabajo en el L.M.P.M. mi portátil ha salido ardiendo (literalmente, y menuda se ha armado) no he podido y se me va a hacer mucho más difícil escribiros a partir de ahora. Espero poder escribiros regularmente cada semana aunque eso implica quitar horas de mi maravilloso proyecto. Lo cual no es muy complicado...
Por lo visto, esta combustión espontánea se debe a la batería ya que mientras el ordenador ardía, seguía funcionando. Fantasmagórico.
Espero, en cambio, seguiros teniendo como fieles seguidores de mi blog, pese a las fatalidades.
Por lo visto, esta combustión espontánea se debe a la batería ya que mientras el ordenador ardía, seguía funcionando. Fantasmagórico.
Espero, en cambio, seguiros teniendo como fieles seguidores de mi blog, pese a las fatalidades.
viernes, 23 de marzo de 2007
Cent bières, s’il vous plaît
Es tradición, y espero que este año se haya seguido cumpliendo pese a mi ausencia, que el día de San Patricio (para los poco puestos en religión, cerveza o cultura general es el día nacional de Irlanda) mis cerveceros de Madrid y yo hagamos una tarde de cañas de esas que se alargan hasta bien pasada la medianoche. Celebrar este día en Poitiers es como poco nostálgico ya que te vienen recuerdos de esas grandes tardes de risas y paseos. No fue hasta la noche cuando pude darme cuenta de que aquí en Francia lo de celebrar este día tan señalado también se lo toman en serio.
Después de desechar alguna que otra fiesta (mi agenda Erasmus ya se empieza a apretar) decidí irme al Kaárf en el que estaban ya Guillame, Patricia, el brasileño y otra gente varia. Llegué sobre las doce de la noche (hora española de empezar una fiesta) y pude darme cuenta de lo que me dijo Pep una vez: "aquí en Francia la gente no bebe tanto como en España, pero cuando beben se pillan unas cogorzas como las que no he visto en mi vida", vista la poca duracón de la fiestas esta demostrado que beber mucho en poco tiempo es malo, tal y como decían nuestras madres.
Nada más entrar estuve a punto de participar en una ducha de cerveza y fue por eso que decidí entrar lo más rápido posible cerca de la barra donde creí que la gente estaría más calmada. Una vez allí me di cuenta que la leyenda que me contaron hace unos días del día de San Patricio en el Kaárf era cierta, cerveza a 10 céntimos (a este paso ya que la regalen). Debido a ello, beber es gratis porque cada rato aparece un loco con 10 euros en la mano y dice "cent bières, s’il vous plaît", y entonces se llena la barra de vasos de cerveza y se empiezan a repartir. Ciertamente, nunca había visto una cosa así y además, aquí en Francia estarán acostumbrados al gratis total porque nadie se alampaba a por la cerveza, en España habría que haber llamado a los bomberos por el embotellamiento de gente si hubiera habido cerveza gratis en un bar tan lleno como suele estar el Kaárf.
Poco tardó la cosa en torcerse, y por eso es tan corto este blog, debido a que las fiestas aquí empiezan a las nueve de la noche como a cosa de la una de la mañana la gente se empezó a ir. Quedaron a las dos de la mañana los que se suelen quedar en los bares más allá de las 7 en España (los que yo califico de reventaos) y la cosa decayó bastante.
Fue hora para escuchar canciones un poco maquineras e incluso reggeaton (o como se diga), e incluso reggeaton maquinero. Indescriptible.
No me he acostumbrado yo al horario de fiesta francés todavía, es casi más fácil madrugar por las mañanas que salir de fiesta a las nueve de la noche.
Después de desechar alguna que otra fiesta (mi agenda Erasmus ya se empieza a apretar) decidí irme al Kaárf en el que estaban ya Guillame, Patricia, el brasileño y otra gente varia. Llegué sobre las doce de la noche (hora española de empezar una fiesta) y pude darme cuenta de lo que me dijo Pep una vez: "aquí en Francia la gente no bebe tanto como en España, pero cuando beben se pillan unas cogorzas como las que no he visto en mi vida", vista la poca duracón de la fiestas esta demostrado que beber mucho en poco tiempo es malo, tal y como decían nuestras madres.
Nada más entrar estuve a punto de participar en una ducha de cerveza y fue por eso que decidí entrar lo más rápido posible cerca de la barra donde creí que la gente estaría más calmada. Una vez allí me di cuenta que la leyenda que me contaron hace unos días del día de San Patricio en el Kaárf era cierta, cerveza a 10 céntimos (a este paso ya que la regalen). Debido a ello, beber es gratis porque cada rato aparece un loco con 10 euros en la mano y dice "cent bières, s’il vous plaît", y entonces se llena la barra de vasos de cerveza y se empiezan a repartir. Ciertamente, nunca había visto una cosa así y además, aquí en Francia estarán acostumbrados al gratis total porque nadie se alampaba a por la cerveza, en España habría que haber llamado a los bomberos por el embotellamiento de gente si hubiera habido cerveza gratis en un bar tan lleno como suele estar el Kaárf.
Poco tardó la cosa en torcerse, y por eso es tan corto este blog, debido a que las fiestas aquí empiezan a las nueve de la noche como a cosa de la una de la mañana la gente se empezó a ir. Quedaron a las dos de la mañana los que se suelen quedar en los bares más allá de las 7 en España (los que yo califico de reventaos) y la cosa decayó bastante.
Fue hora para escuchar canciones un poco maquineras e incluso reggeaton (o como se diga), e incluso reggeaton maquinero. Indescriptible.
No me he acostumbrado yo al horario de fiesta francés todavía, es casi más fácil madrugar por las mañanas que salir de fiesta a las nueve de la noche.
miércoles, 21 de marzo de 2007
Nueva sección
Se abre en este blog, para regocijo de sus lectores una nueva sección que se llamará:
"La France me prends à la rigolade"
Esta sección no es ni más ni menos que pequeños detalles de este peculiar país que no dan para escribir un post entero pero que merecen ustedes, mis queridos lectores, conocer debido a su extrañeza, interés o gracia. Espero que os guste, ahí va el primer capítulo.
La France me prends à la rigolade (I)
Sin duda , jugar al mus en la EUITA ha sido siempre difícil, carteles varios te desaniman a hacerlo bajo pena capital por el artículo 3572-88 del año 1971. Aquí han decidido tomar la postura contraria y ya sabiendo que los alumnos van a hacer lo que les venga en gana se permiten el lujo de editar cartas con el escudo de la escuela.
Lástima que no hayan editado aún la versión de mus con los amarracos plateados en forma de escudo de la ENSMA, pero todo se andará.
Lástima que no hayan editado aún la versión de mus con los amarracos plateados en forma de escudo de la ENSMA, pero todo se andará.
martes, 20 de marzo de 2007
Allez les paletis!
Si se puede definir una cosa tan amplia como es la palabra experiencia, Erasmus podría catalogarse como una experiencia, un país nuevo, gente diferente, idioma diferente, universidad diferente, casa diferente, libertad diferente… (es evidente que para mí que abandoné mi hogar a los dieciocho, en el sentido de libertad la cosa no cambia mucho). Experiencia es un trance en el que, positiva o negativamente adquieres cierta veteranía en ciertas cosas o simplemente no adquieres nada en absoluto sino la capacidad de contar alguna historia. Finalmente, experiencia se puede definir también como que un trío muy conocido de Albacete te visite inesperadamente en Poitiers y puedas presenciar in situ el choque de dos culturas.
Andaba yo poniéndome mi traje para la nuit de l’ENSMA (exactamente me estaba anudando la corbata) y recibo una llamada en mi móvil francés (del cual casi nadie tiene el número todavía):
-¿Alo? -¡Eeeeeh! ¡¿Qué pasa pablinho?! (la voz, inconfundible, era de Carlos)
-¡Ehhh, ¿que pasa?! ¿Pos que marcha llevas que me llamas a este móvil?
-¡Jajajaj pablinho! ¡Que estamos por Zaragoza! ¡Que estábamos tomando un café esta tarde en Valencia y hemos cogido el coche de Txuso y nos vamos pa’ Poitiers! ¡A armarla! Jajaj…
Supongo que la experiencia de este post ha sido más intensa para ellos que para mí, pero ver a Carlos, Agus y Txuso en Poitiers es como estar en la Luna y encontrarte con un Mesón Manchego, no se si me entendéis.
Finalmente, al día siguiente de llamarme y tras haber dormido en un área de descanso del País Vasco, calificada por ellos de, "llena de kale borrokas de esos" y de "no vuelvo allí ni de coña, que miedo pasé" llegaron a la puerta de mi residencia y, viéndolos desde mi ventana sin haberme ellos visto aún me di cuenta por primera vez de lo que se grita en España o de lo flojo que se habla aquí. Después de los saludos efusivos y las risas varias, se empezó a hacer célebre en esos días la frase "allez les paletis" al mas típico estilo "allez les bleus" pero con acento albaceteño. También, y debido a la poco fructífera (o no) visita de Carlos a Italia, las frases "andiamo" y "ma que cosa" pudieron oírse por las calles de Poitiers.
Pasear por esta ciudad con esta gente es indescriptible, ya que si yo tengo la capacidad de sorprenderme con las cosas, ellos tienen la capacidad de sacarle diversión hasta a una papelera. Después de que Agus le sacara fotos al hôtel de ville y de que comiéramos los más típicos manjares franceses (en un Quick…) pudimos ver una vez más la capacidad para los idiomas de Carlos (después del "empty rooms? Yes? Thank you" de aquel hotel de Cracovia ya estaba ampliamente demostrada) o más bien su capacidad para la comunicación. Decidió pedir en la barra del bar en el que pasamos la tarde y el camarero trajo todo lo que pedimos sin ningún error. Lo que le dijo, queda como misterio de la humanidad.
Debido a que la noche dominical de Poitiers podría calificarse de "tranquila" y que los viajeros se encontraban muy cansados, decidieron irse a dormir sin conocer los bares de Poitiers. Al día siguiente y debido a mi obligada pero poco eficiente asistencia al laboratorio, se quedaron solos por la ciudad, ya por la tarde me dijeron que habían visto todo Poitiers (me lo creo porque es muy pequeño) y que no habían encontrado ningún souvenir para demostrar que habían estado aquí, ya que nadie les iba a creer que habían venido (desde aquí doy fe de que sí que estuvieron aquí).
Por la tarde visitamos brevemente el Auchan para comprar unas cosas y Txuso, debido a su experiencia en Carrefour nos dijo que no existía ninguna diferencia en organización y disposición de los artículos, se respeta la opinión del experto. Tuvieron la oportunidad de contemplar el pasillo de los quesos (del que creo que no os he comentado nada aun en detalle) en el cual Agus compro 19 clases (lo dijo como ochenta veces) y en que Txuso compró comida francesa para que su familia comiera una semana. Por suerte no nos pusimos en la caisse spéciale porque la experiencia habría sido doble.
Poco pudieron ver de la vida nocturna Poiterina ya que venir un domingo por la noche e irse un martes por la mañana no te da oportunidad para ello pero una tarde de cervezas en el lago de Futuroscope (con guitarra de Agus incluida) y de billar en el Kaárf (con exhibición de Txuso incluida también) fueron suficientes para pasar un buen rato y que el viaje mereciera la pena. Allí mi amigo francés, Guillaume (que se va para la ETSIA la semana que viene, cuidadlo bien) también se dio cuenta de que pasta estamos hechos estos albaceteños. Sorprendentemente y pese a nuestra forma de hablar entiende mejor el español que muchos que no me entendían hablar cuando llegué a Madrid.
Se fueron la mañana del martes y sin visitar el parque de Futuroscope (33€ son una buena razón para ello). La verdad es que estos tres días han sido como si hubiera vuelto a España, se agradece hablar tu verdadero idioma (el albaceteño) después de tantos días de hablar francés canharinho y germanizado (son las nacionalidades de mis compis de bureau y con los que por ahora paso más tiempo).
Gracias por la visita y espero que volváis, para la próxima os prometo que degustaréis de verdad suculentos manjares franceses.
Andaba yo poniéndome mi traje para la nuit de l’ENSMA (exactamente me estaba anudando la corbata) y recibo una llamada en mi móvil francés (del cual casi nadie tiene el número todavía):
-¿Alo? -¡Eeeeeh! ¡¿Qué pasa pablinho?! (la voz, inconfundible, era de Carlos)
-¡Ehhh, ¿que pasa?! ¿Pos que marcha llevas que me llamas a este móvil?
-¡Jajajaj pablinho! ¡Que estamos por Zaragoza! ¡Que estábamos tomando un café esta tarde en Valencia y hemos cogido el coche de Txuso y nos vamos pa’ Poitiers! ¡A armarla! Jajaj…
Supongo que la experiencia de este post ha sido más intensa para ellos que para mí, pero ver a Carlos, Agus y Txuso en Poitiers es como estar en la Luna y encontrarte con un Mesón Manchego, no se si me entendéis.
Finalmente, al día siguiente de llamarme y tras haber dormido en un área de descanso del País Vasco, calificada por ellos de, "llena de kale borrokas de esos" y de "no vuelvo allí ni de coña, que miedo pasé" llegaron a la puerta de mi residencia y, viéndolos desde mi ventana sin haberme ellos visto aún me di cuenta por primera vez de lo que se grita en España o de lo flojo que se habla aquí. Después de los saludos efusivos y las risas varias, se empezó a hacer célebre en esos días la frase "allez les paletis" al mas típico estilo "allez les bleus" pero con acento albaceteño. También, y debido a la poco fructífera (o no) visita de Carlos a Italia, las frases "andiamo" y "ma que cosa" pudieron oírse por las calles de Poitiers.
Pasear por esta ciudad con esta gente es indescriptible, ya que si yo tengo la capacidad de sorprenderme con las cosas, ellos tienen la capacidad de sacarle diversión hasta a una papelera. Después de que Agus le sacara fotos al hôtel de ville y de que comiéramos los más típicos manjares franceses (en un Quick…) pudimos ver una vez más la capacidad para los idiomas de Carlos (después del "empty rooms? Yes? Thank you" de aquel hotel de Cracovia ya estaba ampliamente demostrada) o más bien su capacidad para la comunicación. Decidió pedir en la barra del bar en el que pasamos la tarde y el camarero trajo todo lo que pedimos sin ningún error. Lo que le dijo, queda como misterio de la humanidad.
Debido a que la noche dominical de Poitiers podría calificarse de "tranquila" y que los viajeros se encontraban muy cansados, decidieron irse a dormir sin conocer los bares de Poitiers. Al día siguiente y debido a mi obligada pero poco eficiente asistencia al laboratorio, se quedaron solos por la ciudad, ya por la tarde me dijeron que habían visto todo Poitiers (me lo creo porque es muy pequeño) y que no habían encontrado ningún souvenir para demostrar que habían estado aquí, ya que nadie les iba a creer que habían venido (desde aquí doy fe de que sí que estuvieron aquí).
Por la tarde visitamos brevemente el Auchan para comprar unas cosas y Txuso, debido a su experiencia en Carrefour nos dijo que no existía ninguna diferencia en organización y disposición de los artículos, se respeta la opinión del experto. Tuvieron la oportunidad de contemplar el pasillo de los quesos (del que creo que no os he comentado nada aun en detalle) en el cual Agus compro 19 clases (lo dijo como ochenta veces) y en que Txuso compró comida francesa para que su familia comiera una semana. Por suerte no nos pusimos en la caisse spéciale porque la experiencia habría sido doble.
Poco pudieron ver de la vida nocturna Poiterina ya que venir un domingo por la noche e irse un martes por la mañana no te da oportunidad para ello pero una tarde de cervezas en el lago de Futuroscope (con guitarra de Agus incluida) y de billar en el Kaárf (con exhibición de Txuso incluida también) fueron suficientes para pasar un buen rato y que el viaje mereciera la pena. Allí mi amigo francés, Guillaume (que se va para la ETSIA la semana que viene, cuidadlo bien) también se dio cuenta de que pasta estamos hechos estos albaceteños. Sorprendentemente y pese a nuestra forma de hablar entiende mejor el español que muchos que no me entendían hablar cuando llegué a Madrid.
Se fueron la mañana del martes y sin visitar el parque de Futuroscope (33€ son una buena razón para ello). La verdad es que estos tres días han sido como si hubiera vuelto a España, se agradece hablar tu verdadero idioma (el albaceteño) después de tantos días de hablar francés canharinho y germanizado (son las nacionalidades de mis compis de bureau y con los que por ahora paso más tiempo).
Gracias por la visita y espero que volváis, para la próxima os prometo que degustaréis de verdad suculentos manjares franceses.
lunes, 19 de marzo de 2007
La nuit de l’ENSMA
Llegó el momento de convertirse en un estudiante Erasmus propiamente dicho y pegarse la primera fiesta seria. Si no lo hice antes no fue por falta de intención ni de ganas, simplemente fue por la falta de personas (se considera persona a un ser humano que se relaciona con el resto de su especie). Oportunidad perfecta era la nuit de l’ENSMA. Este palabro francés no viene sino a significar la gala de entrega de premios a los diplomados de la escuela, este acto, pasada la entrega de premios, se convierte en una especie de gala-espectáculo seguido de una discoteca (miedo me daba una discoteca de ingenieros) que empezaba a las 8 de la tarde, hora a la cual se van de fiesta las personas (humano que se relaciona, repito) de 13 años y en la cual un español ni se pregunta todavía que es lo que va a cenar. En vista del asunto y gracias a los consejos de mi homólogo el año pasado, Pep, que tuvo el detalle de venir a visitarme el fin de semana pasado decidimos ambos pasar de la gala-espectáculos e irnos a ver el Madrid-Barça.
Después de conocer a muchos franceses y de encontrarnos con unos cuantos latinoamericanos nos encaminamos a uno de los pocos bares que televisaban el evento, un pub irlandés lleno de franceses que miraban el previo del partido con extrañeza y haciendo comentarios llenos de ignorancia y sorpresa (tal y como hacemos Jose y yo cuando vemos la Superbowl). Ver el partido con un culé como lo es Pep (su nombre le delata), una madridista con tendencia al cabreo como es Patricia, con un francés, Guillaume, que habla español mejor que tú y una panda de latinoamericanos de los de "no mames, way" no tiene desperdicio, y si es un partido con seis goles y uno en el descuento la experiencia es claramente irrepetible.
Después del éxtasis culé del 3 a 3 final y de que todos los franceses no hispanohablantes del bar miraran con extrañeza como Pep se regocijaba con vociferios ininteligibles nos encaminamos a la fiesta. En el reloj, las doce de la noche, hora española. Una vez puesto el traje y la corbata entrando en el palacio de congresos de Futuroscope se veía un paisaje bastante animoso. Tanto traje y corbata me recordó a las fiestas del Colegio Mayor, pero como diría Agustín, nada menos lejos de la realidad. Menos el alcoholismo incipiente y las eses ocasionales, el ambiente era bastante diferente, la gente tiene otra forma de comportarse en una fiesta.
Empecemos por la apariencia de la pista de baile, en primer lugar, a lo de pista de baile le viene el nombre por causas que son bastante obvias. En Francia la gente menea el cuerpo más que bailar, entre ellos, muchas mujeres (y no empecéis a pensar cosas raras) con arrítmico movimiento y mirada perdida. Està visto que la técnica discotequera del buitreo (y ya no más la de la cobra y esas cosas) no esta instaurada por aquí ya que estas chicas estaban de muy buen ver (o muy recias en jerga albaceteña) y nadie se les acercaba, cosa que en España es altamente improbable a no ser que te encuentres en Chueca (y no por ello estoy dudando de la masculinidad de los franceses).
A todo esto yo con mi mejor francés (el que se habla cuando llevas una botella de champagne y tu interlocutor también) andaba pinchándole al brasileño para que se le acercara a alguna (la verdad pese a ser muy guapas se les veía bastante necesitadas) pero no coló, la "lastra" (es una mezcla entre lastre y lacra, como ya conocen algunos) del idioma pudo con la situación y no ocurrió nada interesante.
A destacar también, los montañeros. Es al menos impactante encontrarte entre las luces de una discoteca a un hombre con una mochila gigante de la cruz roja y un chaleco reflectante. Esta especie de médicos andaban dando vueltas por ahí con cara de mustios y mirando a la gente tal y como mira un sobrio a una panda de borrachos diciendo tonterías. Menos mal que tenían buen humor esta especie de super hombres (deben estar acostumbrados ya) porque cuando una horda de tipos descamisados nos pusimos a bailar y cantar la canción de Cazafantasmas (la cual no me sabía, y el baile menos) no pudieron más que menear la cabeza y alejarse con una sonrisa y cierto miedo.
Otra cosa bastante diferente es el horario, a las tres de la mañana y cuando la cosa ya se empezaba a poner bien de repente la música se paró y Guillaume se puso a vociferar en castellano debido a que su idioma materno no posee demasiadas palabrotas (eso da para otro blog), evidentemente la fiesta se había acabado.
Poco tardaron en decirnos los más avezados del lugar que la fiesta continuaba en el Kaàrf (sí, el sitio de las cervezas a sesenta céntimos). ¿Alguien se imagina que en una fiesta pueda pasar por en medio de un bar un hombre con un palmo de tortitas (de las de comer) sobre su antebrazo? ¿Y además regalándolas? En Francia es posible, igual que no son posibles otras cosas, como por ejemplo comerse un chocolate con churros revitalizante para irse a la cama.
Por lo demás, las cosas típicas de una fiesta española, mucha gente, mucho humo de tabaco, risas varias, música que te puede gustar o no y yo acostándome a las ocho de la mañana con los pies destrozados. Lo de siempre.
Después de conocer a muchos franceses y de encontrarnos con unos cuantos latinoamericanos nos encaminamos a uno de los pocos bares que televisaban el evento, un pub irlandés lleno de franceses que miraban el previo del partido con extrañeza y haciendo comentarios llenos de ignorancia y sorpresa (tal y como hacemos Jose y yo cuando vemos la Superbowl). Ver el partido con un culé como lo es Pep (su nombre le delata), una madridista con tendencia al cabreo como es Patricia, con un francés, Guillaume, que habla español mejor que tú y una panda de latinoamericanos de los de "no mames, way" no tiene desperdicio, y si es un partido con seis goles y uno en el descuento la experiencia es claramente irrepetible.
Después del éxtasis culé del 3 a 3 final y de que todos los franceses no hispanohablantes del bar miraran con extrañeza como Pep se regocijaba con vociferios ininteligibles nos encaminamos a la fiesta. En el reloj, las doce de la noche, hora española. Una vez puesto el traje y la corbata entrando en el palacio de congresos de Futuroscope se veía un paisaje bastante animoso. Tanto traje y corbata me recordó a las fiestas del Colegio Mayor, pero como diría Agustín, nada menos lejos de la realidad. Menos el alcoholismo incipiente y las eses ocasionales, el ambiente era bastante diferente, la gente tiene otra forma de comportarse en una fiesta.
Empecemos por la apariencia de la pista de baile, en primer lugar, a lo de pista de baile le viene el nombre por causas que son bastante obvias. En Francia la gente menea el cuerpo más que bailar, entre ellos, muchas mujeres (y no empecéis a pensar cosas raras) con arrítmico movimiento y mirada perdida. Està visto que la técnica discotequera del buitreo (y ya no más la de la cobra y esas cosas) no esta instaurada por aquí ya que estas chicas estaban de muy buen ver (o muy recias en jerga albaceteña) y nadie se les acercaba, cosa que en España es altamente improbable a no ser que te encuentres en Chueca (y no por ello estoy dudando de la masculinidad de los franceses).
A todo esto yo con mi mejor francés (el que se habla cuando llevas una botella de champagne y tu interlocutor también) andaba pinchándole al brasileño para que se le acercara a alguna (la verdad pese a ser muy guapas se les veía bastante necesitadas) pero no coló, la "lastra" (es una mezcla entre lastre y lacra, como ya conocen algunos) del idioma pudo con la situación y no ocurrió nada interesante.
A destacar también, los montañeros. Es al menos impactante encontrarte entre las luces de una discoteca a un hombre con una mochila gigante de la cruz roja y un chaleco reflectante. Esta especie de médicos andaban dando vueltas por ahí con cara de mustios y mirando a la gente tal y como mira un sobrio a una panda de borrachos diciendo tonterías. Menos mal que tenían buen humor esta especie de super hombres (deben estar acostumbrados ya) porque cuando una horda de tipos descamisados nos pusimos a bailar y cantar la canción de Cazafantasmas (la cual no me sabía, y el baile menos) no pudieron más que menear la cabeza y alejarse con una sonrisa y cierto miedo.
Otra cosa bastante diferente es el horario, a las tres de la mañana y cuando la cosa ya se empezaba a poner bien de repente la música se paró y Guillaume se puso a vociferar en castellano debido a que su idioma materno no posee demasiadas palabrotas (eso da para otro blog), evidentemente la fiesta se había acabado.
Poco tardaron en decirnos los más avezados del lugar que la fiesta continuaba en el Kaàrf (sí, el sitio de las cervezas a sesenta céntimos). ¿Alguien se imagina que en una fiesta pueda pasar por en medio de un bar un hombre con un palmo de tortitas (de las de comer) sobre su antebrazo? ¿Y además regalándolas? En Francia es posible, igual que no son posibles otras cosas, como por ejemplo comerse un chocolate con churros revitalizante para irse a la cama.
Por lo demás, las cosas típicas de una fiesta española, mucha gente, mucho humo de tabaco, risas varias, música que te puede gustar o no y yo acostándome a las ocho de la mañana con los pies destrozados. Lo de siempre.
viernes, 16 de marzo de 2007
Le L.M.P.M.
Una vez descrita, de una manera muy general (ya habrá tiempo de profundizar con historias varias) lo que es la E.N.S.M.A., toca contaros lo que es el L.M.P.M. El Laboratoire de Mécanique et Physique des Matériaux no se podría asemejar a nada que hay en España (en lo que a universidad se refiere), cuando paseaba por los pasillos de mi amada escuela de aeronáutica y pensaba que estudiaba en la élite de la enseñanza no se me puede quitar ahora cierta sonrisa de tristeza. Aquí la secretaría del laboratorio tiene el tamaño de los laboratorios universitarios españoles. Me extrañaba al pensar que alguna universidad pudiera estar por delante de la de Madrid en materia académica (es decir en alto nivel de suspensos) pero la verdad es que aquí tienen otra filosofía. Es triste para un español ver como aquí todo el mundo termina la carrera en cinco años y dedica tres más a hacer el doctorado sin tener que ser Einstein o algún primo suyo, es triste ver como todo el mundo conoce técnicas y tecnología de vanguardia y no como conseguir revolverse en su tumba a Carnot, a Prandlt o a Von Karman. Los ingenieros franceses (y supongo que el resto de europeos también) nos llevan clara ventaja en todo, están perfectamente adiestrados para la investigación y el desarrollo, están acostumbrados a resolver problemas reales y buscar soluciones prácticas, se mueven perfectamente en un laboratorio ya que pasan el más del 50% de horas de clase en él, ponen en práctica el hábito de trabajo de una empresa en la universidad y además tienen prácticas obligatorias en ellas. Todo ello para ser ingenieros en cinco años y teniendo vida (véase el Kaärf lleno todos los días), si alguien me dijo alguna vez que las escuelas españolas estaban inspiradas en las francesas ahora sé que se dejaron algo cuando almorzaron en los Pirineos.
Lo que yo pienso es que no hay un duro para tener lo que tienen aquí y simplemente se dedican a desanimarnos para que nos vayamos y quedemos solo unos cuantos. En Francia, en cambio, lo difícil es entrar en estas escuelas, una forma más noble de tomarse el asunto, la verdad.
Los primeros días en un sitio como este, añadiendo lo de no manejar el idioma, son bastante impactantes por no estar acostumbrado ni a los métodos, ni a los horarios, ni a la gente. Establecido ya en tu puesto de trabajo (bureau como le llaman aquí) te sientas sintiéndote alguien importante (es mi primer despacho, que le voy a hacer), empiezas a llenarlo con libros y conoces a la gente que, como era de esperar, pasa olímpicamente de ti (muy educadamente, eso si, todos se dan la vuelta al laboratorio dándole la mano a todo el mundo, incluso sin conocerlo).
Aunque supongo que yo no tengo un ritmo de trabajo normal (mi compañero brasileño esta ahí que le va a echar humo la cabeza y yo estoy aquí escribiéndoos) ya que mi tutor (encadreur para que os vayáis acostumbrando a la jerga) es el jefe del laboratorio y además de ser español pasa de mí por lo que, tras intentar hablar con él unas cinco o seis veces al día para decirle que ya me he leído la pila de libros que me dejó, me pongo aquí con mi ordenador y hago como que trabajo, una pena que no pueda usar uno el Messenger (ni ningún derivado pirata) ni el Skype porque si no me tendríais ahí todo el día.
No es tan negro como lo pinta uno y algo hago por aquí (que luego le viene a uno la fama), pero si no quisiera hacer nada he caído en la situación perfecta, supongo que mi clara tendencia al sadomasoquismo (he estudiado en la EUITA y pienso seguir en la ETSIA, que voy a decir) y lo aburrido de estar ocho horas al día sin hacer nada hacen que busque algo que hacer, y más cuando hay tantos cacharros para divertirse.
Si estuviera como el brasileño me andaría quejando de lo duro que es esto, los humanos somos así que se le va a hacer.
Lo que yo pienso es que no hay un duro para tener lo que tienen aquí y simplemente se dedican a desanimarnos para que nos vayamos y quedemos solo unos cuantos. En Francia, en cambio, lo difícil es entrar en estas escuelas, una forma más noble de tomarse el asunto, la verdad.
Los primeros días en un sitio como este, añadiendo lo de no manejar el idioma, son bastante impactantes por no estar acostumbrado ni a los métodos, ni a los horarios, ni a la gente. Establecido ya en tu puesto de trabajo (bureau como le llaman aquí) te sientas sintiéndote alguien importante (es mi primer despacho, que le voy a hacer), empiezas a llenarlo con libros y conoces a la gente que, como era de esperar, pasa olímpicamente de ti (muy educadamente, eso si, todos se dan la vuelta al laboratorio dándole la mano a todo el mundo, incluso sin conocerlo).
Aunque supongo que yo no tengo un ritmo de trabajo normal (mi compañero brasileño esta ahí que le va a echar humo la cabeza y yo estoy aquí escribiéndoos) ya que mi tutor (encadreur para que os vayáis acostumbrando a la jerga) es el jefe del laboratorio y además de ser español pasa de mí por lo que, tras intentar hablar con él unas cinco o seis veces al día para decirle que ya me he leído la pila de libros que me dejó, me pongo aquí con mi ordenador y hago como que trabajo, una pena que no pueda usar uno el Messenger (ni ningún derivado pirata) ni el Skype porque si no me tendríais ahí todo el día.
No es tan negro como lo pinta uno y algo hago por aquí (que luego le viene a uno la fama), pero si no quisiera hacer nada he caído en la situación perfecta, supongo que mi clara tendencia al sadomasoquismo (he estudiado en la EUITA y pienso seguir en la ETSIA, que voy a decir) y lo aburrido de estar ocho horas al día sin hacer nada hacen que busque algo que hacer, y más cuando hay tantos cacharros para divertirse.
Si estuviera como el brasileño me andaría quejando de lo duro que es esto, los humanos somos así que se le va a hacer.
Commentaires d'or
Se abre en este blog desde este momento el concurso Commentaires d'or (en frances suena màs guay). Como su propio nombre indica, esta encamiado a que ustedes, lectores queridos, se animen a escribir en este humilde blog. Las categorìas en las que se dividirà el premio seràn las siguientes:
- El comentario màs divertido.
- El comentario màs profundo y/o sentimental.
- El comentario màs acadèmico.
- El comentario con la parida màs grande
- Premio especial a la persona que màs comentarios haga.
Como premio (y aqui viene lo mas fuerrte) cada una de las categorías recibirà, en su propio domicilio, un souvenir típico francés adecuado a la persona que reciba el premio, ya sea èste souvenir en forma de objeto típico, cultural o culinario, todo ello añadido de una fotografía dedicada por el autor de este blog.
Bases depositadas ante notario.
- El comentario màs divertido.
- El comentario màs profundo y/o sentimental.
- El comentario màs acadèmico.
- El comentario con la parida màs grande
- Premio especial a la persona que màs comentarios haga.
Como premio (y aqui viene lo mas fuerrte) cada una de las categorías recibirà, en su propio domicilio, un souvenir típico francés adecuado a la persona que reciba el premio, ya sea èste souvenir en forma de objeto típico, cultural o culinario, todo ello añadido de una fotografía dedicada por el autor de este blog.
Bases depositadas ante notario.
miércoles, 14 de marzo de 2007
L ' E.N.S.M.A.
Siento no haber escrito estos últimos días. La verdad es que después del primer periodo de inactividad y aburrimiento (debido a que nada más llegar yo empezaron las vacaciones aquí) ha empezado esto a llenarse de gente por todas partes (ya me empezaba a creer que tenía la universidad para mí solo). Lo que os cuento a continuación, y ya era hora, es como es mi universidad. Menos mal que he esperado a que terminen las vacaciones porque si no os habría descrito el edificio solamente (a regocijo de los arquitectos presentes).
La E.N.S.M.A. (École National Supérieure de Mécanique et Aérotechnique) es un edificio más de todos los que se estilan por el Futuroscope, es decir, supervanguardista, moderno, guay y poliédrico. Describiéndolo de una forma completamente ingenieril (a ver) es como un cilindro cortado en la base perpendicularmente al eje y en el techo cortado oblicuamente. Después de eso, está dividido en tres edificios que se comunican por pasarelas flotantes dejando en medio una especie de jardín el cual cuida un hombre que tiene un perro. Lo del perro viene porque se dedica a pasearlo por toda la universidad a todas horas del día. Descripciones técnicas aparte, por lo primero que se interesa uno al entrar en la escuela es descubrir qué es la esfera gigante (como de una altura de dos pisos y metiéndose debajo del sótano) que está en todo el centro del edificio, no es ni más ni menos que el aula magna, que por cierto está abierta todo el día (ya hablaré más tarde del sentido de la desconfianza que tienen los franceses). Lo segundo después del impacto visual de la esfera, es descubrir donde está la cafetería (si no fuera por lo de la esfera gigante evidentemente sería lo primero). El concepto de cafetería que tienen aquí es como decirlo, ceñido a la palabra cafetería, solamente sirven café (si es que se le puede llamar café al aguachirri que toman aquí), no existe ningún hombre sudoroso que te sirva bocadillos de chorizo o algo que se le parece al chorizo, supongo que eso de comer a las 12 del mediodía mata el almuerzo de media mañana. Sentado en las sillas de la cafetería, vi por primera vez un atisbo de españolidad en este sitio, así al fondo entre luces y sombras había un futbolín (o pinbolín como diría mi compañero brasileño de despacho del cual también os hablaré). Absorto en mi sorpresa de que un francés pudiera saber lo que eso me acerqué y pude ver otros tres futbolines y dos billares… maravilloso, dije, de vez en cuando habrá que echarse alguno. Tardé bastante tiempo en darme cuenta (como diez minutos dando vueltas a la mesa de billar) en que todos eran gratuitos, y en ninguno faltaban bolas, ni palos ni tizas. Y es que no puedo resistirme a otro post para contaros lo tremendamente honrados (o palomos según se mire) que son los franceses. Aquí todo está por el medio y todas las puertas están abiertas, nadie roba nada. Es normal (y es más una tradición) dejar las mochilas en la puerta de los comedores universitarios para comer (portátiles y artilugios caros incluidos) y no se conoce robo o hurto, ni siquiera en las universidades públicas. A mí me da igual que nadie robe nada, yo meto mi mochila dentro, no vaya a ser que haya algún español por ahí…
Pocos días después y cuando ya empezó a llegar algún compañero de laboratorio, me contaron algo que no entendí demasiado. Tenía relación con la palabra Kaärf y la palabra cerveza, también oí entre frases ininteligibles algo así como "60 céntimos". Y es lo último que descubrí estos días de mi escuela, el Kaärf, una especie de comuna hippie (me persigue el movimiento) que hay en todo el sótano de la escuela (debajo de la esfera). Con sus salas con sofás y olor a sustancias ilegales así como un garito en toda regla (al puro estilo español) parece como si hubieras viajado dos kilómetros, no puede ser cierto que haya un laboratorio cerca y que la gente de aquí sean ingenieros. Supongo que puede haber algo parecido en España pero es evidente que en la extraña pareja EUITA/ETSIA no existe eso, permitidme que me sorprenda.
Y es que ya empiezo a entender el francés, o al menos la información sustancial, Kaärf, cerveza, sesenta céntimos…
La E.N.S.M.A. (École National Supérieure de Mécanique et Aérotechnique) es un edificio más de todos los que se estilan por el Futuroscope, es decir, supervanguardista, moderno, guay y poliédrico. Describiéndolo de una forma completamente ingenieril (a ver) es como un cilindro cortado en la base perpendicularmente al eje y en el techo cortado oblicuamente. Después de eso, está dividido en tres edificios que se comunican por pasarelas flotantes dejando en medio una especie de jardín el cual cuida un hombre que tiene un perro. Lo del perro viene porque se dedica a pasearlo por toda la universidad a todas horas del día. Descripciones técnicas aparte, por lo primero que se interesa uno al entrar en la escuela es descubrir qué es la esfera gigante (como de una altura de dos pisos y metiéndose debajo del sótano) que está en todo el centro del edificio, no es ni más ni menos que el aula magna, que por cierto está abierta todo el día (ya hablaré más tarde del sentido de la desconfianza que tienen los franceses). Lo segundo después del impacto visual de la esfera, es descubrir donde está la cafetería (si no fuera por lo de la esfera gigante evidentemente sería lo primero). El concepto de cafetería que tienen aquí es como decirlo, ceñido a la palabra cafetería, solamente sirven café (si es que se le puede llamar café al aguachirri que toman aquí), no existe ningún hombre sudoroso que te sirva bocadillos de chorizo o algo que se le parece al chorizo, supongo que eso de comer a las 12 del mediodía mata el almuerzo de media mañana. Sentado en las sillas de la cafetería, vi por primera vez un atisbo de españolidad en este sitio, así al fondo entre luces y sombras había un futbolín (o pinbolín como diría mi compañero brasileño de despacho del cual también os hablaré). Absorto en mi sorpresa de que un francés pudiera saber lo que eso me acerqué y pude ver otros tres futbolines y dos billares… maravilloso, dije, de vez en cuando habrá que echarse alguno. Tardé bastante tiempo en darme cuenta (como diez minutos dando vueltas a la mesa de billar) en que todos eran gratuitos, y en ninguno faltaban bolas, ni palos ni tizas. Y es que no puedo resistirme a otro post para contaros lo tremendamente honrados (o palomos según se mire) que son los franceses. Aquí todo está por el medio y todas las puertas están abiertas, nadie roba nada. Es normal (y es más una tradición) dejar las mochilas en la puerta de los comedores universitarios para comer (portátiles y artilugios caros incluidos) y no se conoce robo o hurto, ni siquiera en las universidades públicas. A mí me da igual que nadie robe nada, yo meto mi mochila dentro, no vaya a ser que haya algún español por ahí…
Pocos días después y cuando ya empezó a llegar algún compañero de laboratorio, me contaron algo que no entendí demasiado. Tenía relación con la palabra Kaärf y la palabra cerveza, también oí entre frases ininteligibles algo así como "60 céntimos". Y es lo último que descubrí estos días de mi escuela, el Kaärf, una especie de comuna hippie (me persigue el movimiento) que hay en todo el sótano de la escuela (debajo de la esfera). Con sus salas con sofás y olor a sustancias ilegales así como un garito en toda regla (al puro estilo español) parece como si hubieras viajado dos kilómetros, no puede ser cierto que haya un laboratorio cerca y que la gente de aquí sean ingenieros. Supongo que puede haber algo parecido en España pero es evidente que en la extraña pareja EUITA/ETSIA no existe eso, permitidme que me sorprenda.
Y es que ya empiezo a entender el francés, o al menos la información sustancial, Kaärf, cerveza, sesenta céntimos…
Me gusta
Bueno, recogiendo el guante de Oscar va aquí el post sobre las 5 cosas que me gustan así en general de la vida. Es muy probable que diga cinco gilipolleces y ni siquiera una de ellas se acerque a ser algo que me gusta de verdad, voy a reflexionar sobre ello, esperad…
Va por delante que, al igual que ninguno de mis blogs hermanos, voy a introducir estos gustos de forma desordenada, ya que decir lo que más me gusta de todo es un poco absolutista y ya os habréis dado cuenta que yo soy muy relativo, bloggeando, me refiero. De todas formas os invito a adivinar cual de los cinco es el elegido.
Me gusta la tranquilidad: pese a ser una persona dinámica y emprendedora (aprovecho para adularme un poco también) necesito la tranquilidad en ciertas dosis para disfrutar de lo que hago. Menos en ciertos momentos del año (dícese Feria, fin de exámenes, fines de semana locos y acontecimientos varios) en los que hay que darlo todo, si no tengo tranquilidad durante muchos días seguidos termino por estresarme hasta de las vacaciones.
Me gusta la gente que me rodea: creo que es de las pocas cosas increíblemente valiosas que tengo en mi vida y aunque suene cursi, triste y un poco gastado al igual que Oscar pienso que disfruto de cualquier cosa que haga con ellos, aunque sea no hacer nada. He tenido la suerte/habilidad de conocer a los personajes que tengo a mi alrededor. (en España, claro)
Me gusta el placer físico: y ya se que suena mal, pero mi carácter hedonista me obliga a ello. Yo si que he podido seguir la dieta de la lechuga con cierto éxito, pero todo el mundo sabe que me encanta comer, incluso mucha gente me ha dicho que le encanta verme comer… lo de placer físico es una cosa muy amplia y da lugar a muchas interpretaciones, a si que a interpretar.
Me gusta viajar: y es por eso también que me hallo rodeado de gente que habla raro en estos momentos. Me encanta ver como es el mundo y sus diferencias con lo que vivo normalmente, me ayuda mucho a entender lo que pasa a mi alrededor e incluso a entenderme a mi mismo.
Me gusta aprender y enseñar: me siento bastante útil cuando aprendo algo, es una cosa que me hacer sentir bien. Pese a ser muy duro a veces, supongo que la recompensa es grande. En cuanto a enseñar también disfruto mucho con ello, supongo que es una cosa que va ligada a lo primero.
No sé, la verdad. Después de definirse a si mismo definir tus gustos es de las cosas más difíciles sobre las que reflexionar, y es que tendemos a estudiarlo todo menos a nosotros mismos.
Va por delante que, al igual que ninguno de mis blogs hermanos, voy a introducir estos gustos de forma desordenada, ya que decir lo que más me gusta de todo es un poco absolutista y ya os habréis dado cuenta que yo soy muy relativo, bloggeando, me refiero. De todas formas os invito a adivinar cual de los cinco es el elegido.
Me gusta la tranquilidad: pese a ser una persona dinámica y emprendedora (aprovecho para adularme un poco también) necesito la tranquilidad en ciertas dosis para disfrutar de lo que hago. Menos en ciertos momentos del año (dícese Feria, fin de exámenes, fines de semana locos y acontecimientos varios) en los que hay que darlo todo, si no tengo tranquilidad durante muchos días seguidos termino por estresarme hasta de las vacaciones.
Me gusta la gente que me rodea: creo que es de las pocas cosas increíblemente valiosas que tengo en mi vida y aunque suene cursi, triste y un poco gastado al igual que Oscar pienso que disfruto de cualquier cosa que haga con ellos, aunque sea no hacer nada. He tenido la suerte/habilidad de conocer a los personajes que tengo a mi alrededor. (en España, claro)
Me gusta el placer físico: y ya se que suena mal, pero mi carácter hedonista me obliga a ello. Yo si que he podido seguir la dieta de la lechuga con cierto éxito, pero todo el mundo sabe que me encanta comer, incluso mucha gente me ha dicho que le encanta verme comer… lo de placer físico es una cosa muy amplia y da lugar a muchas interpretaciones, a si que a interpretar.
Me gusta viajar: y es por eso también que me hallo rodeado de gente que habla raro en estos momentos. Me encanta ver como es el mundo y sus diferencias con lo que vivo normalmente, me ayuda mucho a entender lo que pasa a mi alrededor e incluso a entenderme a mi mismo.
Me gusta aprender y enseñar: me siento bastante útil cuando aprendo algo, es una cosa que me hacer sentir bien. Pese a ser muy duro a veces, supongo que la recompensa es grande. En cuanto a enseñar también disfruto mucho con ello, supongo que es una cosa que va ligada a lo primero.
No sé, la verdad. Después de definirse a si mismo definir tus gustos es de las cosas más difíciles sobre las que reflexionar, y es que tendemos a estudiarlo todo menos a nosotros mismos.
martes, 6 de marzo de 2007
Rousseau
En esta vida que nos toca vivir, sabemos perfectamente todo lo que nos pasa a no ser que no estemos lo suficientemente despiertos para darnos cuenta. Todos y cada uno de los detalles que pasan por delante de nuestros ojos o en mi caso, debido a mi miopía, por el resto de los sentidos queda guardado en la memoria que, más frágil o no, se acuerda de lo que le da la gana. Lo que no sabremos nunca es lo que no veremos, lo que nunca haremos, la gente que no conoceremos o los lugares que no visitaremos. Caminando por esta ciudad lluviosa y gris (aunque a pesar de todo bastante más animosa de lo que me pensaba) se lo que hay detrás de la esquina porque la doblo y lo miro pero no se lo que pasa por el otro lado de la manzana por mucho que corra e intente verlo. La verdad es que en ese sentido el destino es bastante discreto, cuando llego resoplando lo que estaba detrás de la manzana ya no está.
Por eso no se sabe si decidirse entre un apartamento u otro le va a hacer estar en una calle con buenas vistas o si la manzana de detrás estaba mejor.
Después de otra mañana más de dura investigación en el laboratorio de la ENSMA (son cosas que ya os iré contando) empezó una nueva tarde de búsqueda de piso. Como buscadores más avezados fuimos sin más rodeos al CRIJ, agarramos los anuncios y el móvil y nos pusimos a llamar. Después de otra tanda de contestadores, me responde un tal Fabien con un francés algo gangoso y me dice que me enseña el piso a las 4. Fabien no se por qué yo lo tomé como una persona negra, cuando lo vi llegar albino, pelirrojo y con un aro gigante colgado de la oreja derecha no pude evitar una cierta sonrisa.
Yo nunca he tenido nada en contra del movimiento hippie aunque, debido a mi sangre revolucionaria no puedo evitar pensar que no es la forma más adecuada de cambiar el mundo (lo de fumarse unos porritos y ponerse una flor en la cabeza digo). La casa era bastante acogedora, pero olía bastante a pis de gato (ya podía haber olido a marihuana que huele mejor), lo del desorden la verdad es que me daba casi igual pero supongo que tener que ir a un laboratorio todas las mañanas y manejar una máquina de medio millón de euros no era demasiado compatible con aquello.
Seguimos mirando y vimos varios pisos, todos grandes, espaciosos y no demasiado caros, parece haber mucho donde elegir sin dejarte un riñón como en Madrid. Todo hasta dar con el señor Dantan. Patricia al telefono, el señor Dantan al otro lado (traducción simultánea, os quejaréis):
- ¿Hola? ¿Sí? Buenas tardes. Mire, yo ehh, llamar, piso, anuncio, ehh, que he visto, en la calle Chartrer. ¿Información por favor?
- Mira, a ver, ¿Cuál es tu estatura?
- ¿Cómo? ¿Qué? ¿Me puedes repetir? Yo soy española, no hablo muy bien el francés.
- Ya ya, que cual es tu estatura, es que el piso tiene los techos un poco bajos.
- Aaah, bueno, bueno si, 1,65…
- Aaah, ¿y tienes papeles? ¿Cómo me vas a pagar?
- Eeeeh, ¿Pagar? No se, ¿dinero?
- Aaah, ¿tienes cheques? ¿Tienes dinero para una cuenta bancaria?
- Claaaaro, yo te pago pues con dinero.
- Muy bien, ¿Y por que estas aquí en Francia?
- Yo soy estudiante, en la ENSMA, en Futuroscope.
- Ah muy bien, yo quiero dejarlo todo claro, los papeles, que me pagues, todo claro… ¿y cuantos años tienes?
…
La cosa se alargó como un cuarto de hora, dándole vueltas al asunto de los papeles y la estatura. Estuvimos a punto de llamar al hombre y decirle que ni íbamos a verlo (habíamos visto ya cosas que estaban bastante bien y lo de la estatura no era demasiado alentador), pero bueno, más por la curiosidad que otra cosa.
Con razón que era condición indispensable no pasar del 1,65, las puestas estaban cortadas en chaflán porque no entraban…
Acababa ya la tarde y como tengo residencia hasta mitad de mes tengo todo el tiempo del mundo para ir viendo pisos de todas las clases y colores, no me había decidido yo por nada aún. El caso es que llamamos al teléfono de un anuncio que estuvimos a punto de descartar por letra rara:
- Hola, yo llamo, por información, por el piso, la calle Bouroit. Me puedes decir por favor.
- Ah si, si tu has llamado antes, te estoy esperando.
- Eeeeh, ¿si? Ah. ¿si?
- Que si, que te estoy esperando.
- ¿Ah y que número es?
- El 10 ya te lo dije. ¿Dónde estás? ¿Estas cerca de aquí?
- Si en el centro comercial Les Cordelières.
- Ah pero si esta al lado, mira tienes que… (ininteligible)
- Si, si, tengo un mapa, ya voy.
- Vale, vale, adios, adios.
- Adios.
El señor Rousseau tiene una mansión en todo el centro de la ciudad, por el aspecto de su casa (alfombras, cuadros, unos ventanales enormes, jardín gigante, gran biblioteca…) debe ser bastante rico, pero supongo que su situación (viudedad o soltería) y sus setenta y tantos años les hagan querer estar en cierta compañía. Por lo visto dividió su mansión hace unos años y procuró la parte externa de portal y llave propia, adecuó las habitaciones y las alquiló a estudiantes. El hombre parece feliz porque pese a no vivir con ellos ya que están como en la casa de al lado de vez en cuando pasan a verle y a charlar un rato con él. Mi habitación tiene chimenea, diván, muebles como las películas de Sherlock Holmes y compañeros de piso de todas clases y todos bastante amables.
No sé como será lo que hay detrás de la manzana, pero esta calle me gusta, y tiene buenas vistas.
Por eso no se sabe si decidirse entre un apartamento u otro le va a hacer estar en una calle con buenas vistas o si la manzana de detrás estaba mejor.
Después de otra mañana más de dura investigación en el laboratorio de la ENSMA (son cosas que ya os iré contando) empezó una nueva tarde de búsqueda de piso. Como buscadores más avezados fuimos sin más rodeos al CRIJ, agarramos los anuncios y el móvil y nos pusimos a llamar. Después de otra tanda de contestadores, me responde un tal Fabien con un francés algo gangoso y me dice que me enseña el piso a las 4. Fabien no se por qué yo lo tomé como una persona negra, cuando lo vi llegar albino, pelirrojo y con un aro gigante colgado de la oreja derecha no pude evitar una cierta sonrisa.
Yo nunca he tenido nada en contra del movimiento hippie aunque, debido a mi sangre revolucionaria no puedo evitar pensar que no es la forma más adecuada de cambiar el mundo (lo de fumarse unos porritos y ponerse una flor en la cabeza digo). La casa era bastante acogedora, pero olía bastante a pis de gato (ya podía haber olido a marihuana que huele mejor), lo del desorden la verdad es que me daba casi igual pero supongo que tener que ir a un laboratorio todas las mañanas y manejar una máquina de medio millón de euros no era demasiado compatible con aquello.
Seguimos mirando y vimos varios pisos, todos grandes, espaciosos y no demasiado caros, parece haber mucho donde elegir sin dejarte un riñón como en Madrid. Todo hasta dar con el señor Dantan. Patricia al telefono, el señor Dantan al otro lado (traducción simultánea, os quejaréis):
- ¿Hola? ¿Sí? Buenas tardes. Mire, yo ehh, llamar, piso, anuncio, ehh, que he visto, en la calle Chartrer. ¿Información por favor?
- Mira, a ver, ¿Cuál es tu estatura?
- ¿Cómo? ¿Qué? ¿Me puedes repetir? Yo soy española, no hablo muy bien el francés.
- Ya ya, que cual es tu estatura, es que el piso tiene los techos un poco bajos.
- Aaah, bueno, bueno si, 1,65…
- Aaah, ¿y tienes papeles? ¿Cómo me vas a pagar?
- Eeeeh, ¿Pagar? No se, ¿dinero?
- Aaah, ¿tienes cheques? ¿Tienes dinero para una cuenta bancaria?
- Claaaaro, yo te pago pues con dinero.
- Muy bien, ¿Y por que estas aquí en Francia?
- Yo soy estudiante, en la ENSMA, en Futuroscope.
- Ah muy bien, yo quiero dejarlo todo claro, los papeles, que me pagues, todo claro… ¿y cuantos años tienes?
…
La cosa se alargó como un cuarto de hora, dándole vueltas al asunto de los papeles y la estatura. Estuvimos a punto de llamar al hombre y decirle que ni íbamos a verlo (habíamos visto ya cosas que estaban bastante bien y lo de la estatura no era demasiado alentador), pero bueno, más por la curiosidad que otra cosa.
Con razón que era condición indispensable no pasar del 1,65, las puestas estaban cortadas en chaflán porque no entraban…
Acababa ya la tarde y como tengo residencia hasta mitad de mes tengo todo el tiempo del mundo para ir viendo pisos de todas las clases y colores, no me había decidido yo por nada aún. El caso es que llamamos al teléfono de un anuncio que estuvimos a punto de descartar por letra rara:
- Hola, yo llamo, por información, por el piso, la calle Bouroit. Me puedes decir por favor.
- Ah si, si tu has llamado antes, te estoy esperando.
- Eeeeh, ¿si? Ah. ¿si?
- Que si, que te estoy esperando.
- ¿Ah y que número es?
- El 10 ya te lo dije. ¿Dónde estás? ¿Estas cerca de aquí?
- Si en el centro comercial Les Cordelières.
- Ah pero si esta al lado, mira tienes que… (ininteligible)
- Si, si, tengo un mapa, ya voy.
- Vale, vale, adios, adios.
- Adios.
El señor Rousseau tiene una mansión en todo el centro de la ciudad, por el aspecto de su casa (alfombras, cuadros, unos ventanales enormes, jardín gigante, gran biblioteca…) debe ser bastante rico, pero supongo que su situación (viudedad o soltería) y sus setenta y tantos años les hagan querer estar en cierta compañía. Por lo visto dividió su mansión hace unos años y procuró la parte externa de portal y llave propia, adecuó las habitaciones y las alquiló a estudiantes. El hombre parece feliz porque pese a no vivir con ellos ya que están como en la casa de al lado de vez en cuando pasan a verle y a charlar un rato con él. Mi habitación tiene chimenea, diván, muebles como las películas de Sherlock Holmes y compañeros de piso de todas clases y todos bastante amables.
No sé como será lo que hay detrás de la manzana, pero esta calle me gusta, y tiene buenas vistas.
sábado, 3 de marzo de 2007
Á louer
Buscar piso es una de esas cosas que hacen los adultos de hoy en día, (¿Soy adulto ya o me tiene que salir barba?) tales como lo de sacarse el carnet del coche (no me lo he sacado y la cosa pinta mal, por ahora), ir al médico sin que te acompañen tus padres, hacer la compra, la libertad de horarios, el sexo, el descontrol… Buscar piso por primera vez siempre lo había tomado como uno de esos pasos que se dan en la vida, mas importante o no, pero un paso.
Jamás pensé que sería hablando el idioma de Rousseau y en un país cuasidesconocido…
Estos días, con la llegada de mi compañera de Erasmus, Patricia, se han reactivado las ganas que tenia yo de salir de esta residencia y de Futuroscope. Lo había contemplado como una posibilidad e incluso había mirado algún anuncio, así vagamente, pero no me había decidido a ello y pasar a la acción. Ambos nos hemos puesto a buscar juntos un piso para cada uno, por eso de ir aprendiendo el francés (el idioma). La verdad es que no sé como será buscar piso en Madrid, pero esto de Poitiers ha sido la mar de interesante.
En primer lugar, hemos ido al CRIJ, que, no tiene nada que ver con Cristina y el acento albaceteño, no, es el Centre Regional d’Information Jeunesse, una cosa parecida a los centros de juventud de España. Entre otros muchos servicios (la verdad, innumerables) allí va la gente y pone sus anuncios, lo cierto es que es bastante útil. Después de descubrir lo que era un T1 (y su diferencia con el Studio), el T2 y el T3 (que no son ningún tipo de terminal de aeropuerto) y después de desechar los que estaban lejos, eran caros, no tenían muebles, la letra del anuncio era muy chunga, y otras indisponibilidades varias hemos dado con varios anuncios que estaban bien y nos hemos puesto a llamar. Si es que alguno lo dudaba por teléfono el francés se entiende peor que en persona.
Después de varios contestadores automáticos (desgraciadamente para mi saldo aquí todo el mundo los tiene) nos contesta una niña muy amable que con un francés infantil (no se por qué pero entiendo mejor a los niños que a los mayores) nos dice que no nos vayamos por favor que se pone su padre. El hombre, después de 5 minutos de conversación con mi compañera se le ocurre preguntar que con quien va a compartir el piso y ella dice que no sabe, que con un garçon quizás, al decirle que iba a ser con un garçon le cuelga diciendo: “¡No, garçon noo! ¡Fille, fille!” No habrá tenido buenas experiencias con los garçons el hombre.
Después de mucho andar y de que alguna mujer nos contara cosas por las que no podíamos alquilar su piso (no se si era porque no estaba disponible los fines de semana, o si hacían obras en la calle de enfrente, la verdad) y de varios “¡Oooh, pardon, c’est déjà loue!” eran ya las 8 de la tarde que aquí es casi como trasnochar y decidimos ir a una pâtisserie a olvidar nuestras penas, nunca falla.
Acabó el primer dia con el saldo casi agotado y sin poder haber visto ningún piso, estaba claro que éramos unos primerizos. Mañana os contaré como termina la cosa, porque si os lo cuento todo a la vez se hace muy largo y no lo leeis.
Además así se os queda la emoción que el cuerpo. ¿Qué pasará? ¿Qué peligros nos aguardarán?
Jamás pensé que sería hablando el idioma de Rousseau y en un país cuasidesconocido…
Estos días, con la llegada de mi compañera de Erasmus, Patricia, se han reactivado las ganas que tenia yo de salir de esta residencia y de Futuroscope. Lo había contemplado como una posibilidad e incluso había mirado algún anuncio, así vagamente, pero no me había decidido a ello y pasar a la acción. Ambos nos hemos puesto a buscar juntos un piso para cada uno, por eso de ir aprendiendo el francés (el idioma). La verdad es que no sé como será buscar piso en Madrid, pero esto de Poitiers ha sido la mar de interesante.
En primer lugar, hemos ido al CRIJ, que, no tiene nada que ver con Cristina y el acento albaceteño, no, es el Centre Regional d’Information Jeunesse, una cosa parecida a los centros de juventud de España. Entre otros muchos servicios (la verdad, innumerables) allí va la gente y pone sus anuncios, lo cierto es que es bastante útil. Después de descubrir lo que era un T1 (y su diferencia con el Studio), el T2 y el T3 (que no son ningún tipo de terminal de aeropuerto) y después de desechar los que estaban lejos, eran caros, no tenían muebles, la letra del anuncio era muy chunga, y otras indisponibilidades varias hemos dado con varios anuncios que estaban bien y nos hemos puesto a llamar. Si es que alguno lo dudaba por teléfono el francés se entiende peor que en persona.
Después de varios contestadores automáticos (desgraciadamente para mi saldo aquí todo el mundo los tiene) nos contesta una niña muy amable que con un francés infantil (no se por qué pero entiendo mejor a los niños que a los mayores) nos dice que no nos vayamos por favor que se pone su padre. El hombre, después de 5 minutos de conversación con mi compañera se le ocurre preguntar que con quien va a compartir el piso y ella dice que no sabe, que con un garçon quizás, al decirle que iba a ser con un garçon le cuelga diciendo: “¡No, garçon noo! ¡Fille, fille!” No habrá tenido buenas experiencias con los garçons el hombre.
Después de mucho andar y de que alguna mujer nos contara cosas por las que no podíamos alquilar su piso (no se si era porque no estaba disponible los fines de semana, o si hacían obras en la calle de enfrente, la verdad) y de varios “¡Oooh, pardon, c’est déjà loue!” eran ya las 8 de la tarde que aquí es casi como trasnochar y decidimos ir a una pâtisserie a olvidar nuestras penas, nunca falla.
Acabó el primer dia con el saldo casi agotado y sin poder haber visto ningún piso, estaba claro que éramos unos primerizos. Mañana os contaré como termina la cosa, porque si os lo cuento todo a la vez se hace muy largo y no lo leeis.
Además así se os queda la emoción que el cuerpo. ¿Qué pasará? ¿Qué peligros nos aguardarán?
viernes, 2 de marzo de 2007
Vaya hostia, nene
Hace poco tiempo descubrí (gracias a Microsiervos) un término que, sea ortodoxo o no, es bastante certero en su descripción y que podía provocar carcajadas sonoras por mi parte cuando alguien caía en él. Este término es el fromlostotheriverismo (para el que no lo conozca es una metedura de pata en una traducción tal como traducir “de perdidos al río” a “from lost to the river”). Siempre había pensado que caer en una cosa así es signo de ignorancia y desidia por parte del infractor, alguien que no ha tenido cuidado o que no tiene ni idea del idioma ni quiere tenerla. Claro que, como es normal cuando el cazador es cazado, mis últimas experiencias con el francés (el idioma, se entiende) me han hecho cambiar de opinión. Actualmente, pienso que es signo de una persona que, al igual que mi anterior suposición, sigue sin tener ni idea del idioma en el que se está expresando pero que, realmente, su problema es una necesidad imperiosa de hacerse entender y no saber cómo.
O si no a ver quien es el guapo que me traduce “Ni tanto, ni tan calvo” o “A otro perro con ese hueso” sin que todos nos echemos unas risas.
Andaba yo con mi partenaire (así es como me llama) esta tarde y como es costumbre él estaba jugando a la Play Station. Yo, que normalmente estoy conectado a Internet liado con estas cosas del blog, a veces giro la cabeza por prestarle un poco de atención por esas cosas de no vivir en el mismo sitio y parecer que ni nos vemos. El caso es que el hombre es muy aficionado a los juegos de coches y con un Williams BMW Racing de 1992 (es que de tanto mirar…) se ha pegado un trompazo contra una vaya y ha salido el coche volando. Yo, como no se expresar mis sentimientos en francés pues espontáneamente he dicho: “Vaya hostia, nene” a lo que él me ha respondido señalando la repetición de la tragedia una cosa en francés que no he entendido y luego me ha dicho asintiendo con la cabeza (y de esto si que estoy seguro) “tu as raison”. Ha seguido jugando y yo me he quedado con mi perplejidad delante del teclado del ordenador. ¿Realmente este hombre sabe castellano? Lo dudo mucho, no tiene pinta de ser una persona retorcida a la que le gusta hacer sufrir al personal, sino todo lo contrario. Y además, hemos tenido que cesar en el empeño de intentar entendernos tantas veces que no creo que hubiera resistido la tentación de decir “joder tío, que se hablar como tú, vamos a dejar de hablar como si fuéramos gilipollas”.
La verdad, es que cuanto más profundizo en el idioma este me doy cuenta de que existen palabras muy parecidas que tienen significados diferentes, por ejemplo, “agglomération”, una palabra que no hace falta que explique lo que parece, pues además de eso que estáis todos pensando, en francés significa núcleo de población. Menos mal que me ha dado por mirar el diccionario y he podido quitar esto de la lista de cosas que no entiendo de Francia, porque por todos lados agglomération de Poitiers por aquí agglomération de Poitiers por allá, he llegado a pensar que iban a hacer una manifestación por algo…
He de decir que la lista de cosas que no entiendo de Francia no son de este tipo (relacionadas con el idioma) ahí va un adelanto:
- ¿Por qué por el simple hecho de existir te dan becas? ¿Por qué si se supone que se las dan a todo el mundo tienen que pedir 14 documentos? (sin exagerar)
- ¿Por qué toda la fruta que tienen en el supermercado proviene de España menos las fresas? (Y no me digáis porque nos tiraron los camiones y no llegaron)
- ¿Por qué cada vez que le digo a alguien que soy español sonríe y me dice “Hola, camarada”? ¿Son todos del partido comunista?
- ¿Por qué los quesos gruyère y emmental el tiene esos pedazo de agujeros? ¿Son necesarios o es un timo?
Espero ansioso vuestras teorías.
O si no a ver quien es el guapo que me traduce “Ni tanto, ni tan calvo” o “A otro perro con ese hueso” sin que todos nos echemos unas risas.
Andaba yo con mi partenaire (así es como me llama) esta tarde y como es costumbre él estaba jugando a la Play Station. Yo, que normalmente estoy conectado a Internet liado con estas cosas del blog, a veces giro la cabeza por prestarle un poco de atención por esas cosas de no vivir en el mismo sitio y parecer que ni nos vemos. El caso es que el hombre es muy aficionado a los juegos de coches y con un Williams BMW Racing de 1992 (es que de tanto mirar…) se ha pegado un trompazo contra una vaya y ha salido el coche volando. Yo, como no se expresar mis sentimientos en francés pues espontáneamente he dicho: “Vaya hostia, nene” a lo que él me ha respondido señalando la repetición de la tragedia una cosa en francés que no he entendido y luego me ha dicho asintiendo con la cabeza (y de esto si que estoy seguro) “tu as raison”. Ha seguido jugando y yo me he quedado con mi perplejidad delante del teclado del ordenador. ¿Realmente este hombre sabe castellano? Lo dudo mucho, no tiene pinta de ser una persona retorcida a la que le gusta hacer sufrir al personal, sino todo lo contrario. Y además, hemos tenido que cesar en el empeño de intentar entendernos tantas veces que no creo que hubiera resistido la tentación de decir “joder tío, que se hablar como tú, vamos a dejar de hablar como si fuéramos gilipollas”.
La verdad, es que cuanto más profundizo en el idioma este me doy cuenta de que existen palabras muy parecidas que tienen significados diferentes, por ejemplo, “agglomération”, una palabra que no hace falta que explique lo que parece, pues además de eso que estáis todos pensando, en francés significa núcleo de población. Menos mal que me ha dado por mirar el diccionario y he podido quitar esto de la lista de cosas que no entiendo de Francia, porque por todos lados agglomération de Poitiers por aquí agglomération de Poitiers por allá, he llegado a pensar que iban a hacer una manifestación por algo…
He de decir que la lista de cosas que no entiendo de Francia no son de este tipo (relacionadas con el idioma) ahí va un adelanto:
- ¿Por qué por el simple hecho de existir te dan becas? ¿Por qué si se supone que se las dan a todo el mundo tienen que pedir 14 documentos? (sin exagerar)
- ¿Por qué toda la fruta que tienen en el supermercado proviene de España menos las fresas? (Y no me digáis porque nos tiraron los camiones y no llegaron)
- ¿Por qué cada vez que le digo a alguien que soy español sonríe y me dice “Hola, camarada”? ¿Son todos del partido comunista?
- ¿Por qué los quesos gruyère y emmental el tiene esos pedazo de agujeros? ¿Son necesarios o es un timo?
Espero ansioso vuestras teorías.
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